Mi bebé prematuro… cuando la dulce espera termina sin haberlo planeado.
Platiquemos un poco del bebé prematuro: es aquel pequeño que nace de forma impredecible antes de las 37 semanas de gestación por diferentes razones médicas.
Normalmente llega con un conjunto de posibles complicaciones, es un momento lleno de miedo e incertidumbre, y no se diga lo difícil que es el estar separados; todo esto genera en nosotras un deseo constante de unión con nuestros bebés.
Es una experiencia muy difícil, ya que nuestro ser, cuerpo y mente nos pide a gritos la atención y cuidado de nuestro bebé.
Todas las mamás que pasamos por esta experiencia de separación lo interpretamos diferente, todas somos únicas.
Definitivamente es una experiencia de cambio que pocas de nosotras podemos explicar. A veces se siente como si solo estuviéramos viviendo el día a día esperando ese gran momento de reunirnos con nuestro pequeño bebé.
Te cuento que soy Consultor Internacional en Lactancia Materna, sin embargo, el día de hoy quería mostrarte mi lado de mamá.
Soy madre de un bebé prematuro de 30 semanas quien pesó 1345 g., y lo que más reconfortó mi corazón es poder ser parte del tratamiento de mi bebé.
Mi pediatra neonatólogo, sin presionarme, me recomendó el contacto piel con piel mamá/papá - bebé y ofrecer mi leche materna lo cual me quedaba súper claro, ya que le ofrece a nuestros bebés vulnerables una ventaja inmunológica inigualable que ningún tratamiento médico les puede dar.
La extracción de leche me regaló una forma de cuidar a mi bebé, ya que era una parte activa del apoyo a su salud, ésta la debemos de realizar lo antes posible después del nacimiento cada 2-3 horas por 15 a 20 minutos día y noche con un extractor doble eléctrico de preferencia.
Al inicio (no te asustes) vas a notar no tener producción de leche considerable, pero esto ofrecerá la estimulación apropiada para preparar el camino y que tu bebé obtenga el boost inmunológico, el alimento perfecto con las características nutricionales ideales que necesita para prevenir infecciones, virus, bacterias, enterocolitis, entre muchas cosas más.
Recuerda que tu bebé es un ser fuerte, valiente, increíble, que cada día lucha por estar contigo. Eres parte de un hermoso milagro de resiliencia y amor.
Cada día decir “hola y adiós” podría ser muy difícil, pero recuerda que cada momento que pasa están más cerca de reunirse. Sé parte del tratamiento de tu bebé, vive un día a la vez y lograrás el objetivo.
Para despedirme te digo que cada día siendo mamá de un bebé prematuro es un milagro de vida hermoso único e inigualable.
Contar con poyo profesional en lactancia es importante , de esta forma se podrá realizar la valoración adecuada de la producción de leche, así como el almacenamiento y transportación del preciado oro líquido.
